Y no es cierto que lleve mucho tiempo sin reformarse la Ley Electoral (LOREG). De hecho, hace un par de años (enero del 2.011) se retocó en una serie de artículos, claro está, que ninguno en favor de hacer más participativa o abierta la Democracia para la ciudadanía, o más desestabilizadora la hegemonía partitocrática, sino todo lo contrario. Por supuesto que no se incluyó que el voto en blanco tuviera su espacio. Un derecho de disensión que debería estar articulado por igualdad al resto de votos.