Pienso, luego no me dejan existir

Y ahí es donde nos encontramos nosotros. Por supuesto que no creemos que seamos más inteligentes que nadie y que nuestras ideas sean mejores, tampoco las expresamos en gran medida desde aquí -porque tenerlas las tenemos, aunque aparcadas- y mejor que las dejemos ahí para no dispersarnos en nuestro estratégico objetivo. Dentro de este familiar colectivo disentimos sobre variopintos temas, o sobre todos. Así de complicado es el ser humano.

Pero algo nos une y es que como no nos comemos lo que se nos vende, detestamos este sistema antidemocrático, anticiudadano, antinatura y opinamos que el camino por donde intentan encauzarnos no es el adecuado para la convivencia de TODOS los pueblos y ecosistemas, entonces fue cuando decidimos enrolarnos en la lucha desesperada para revertir el escenario, una vía estratégica que nos parece maravillosa para regenerar esto que llaman Democracia, pero que no lo es.

Como seres humanos sociales que somos, debiera ser que entre todos participemos de la forma en como elegir aquello que mejor nos conviene a todos, con el derecho lógico de poder equivocarnos, pero de poder remediarlo. Y es una idea que debe asimilar la ciudadanía cuanto antes porque ya estamos sufriendo que delegar tantas responsabilidades en otros puede llegar a ser contraproducente, un ahogo desesperado. Debemos crear nuestro futuro porque sólo de esa manera podremos contruir algo más sano. Tomemos las riendas, sin miedo.

Pero como eso no ocurre, que no nos dejan expresarnos, que se nos desprecia e ignora y se nos impone todo lo contrario, prohibiéndonos existir en las Instituciones, estando vetados, inertes, y, por lo tanto, la ciudadanía no acaba teniendo "voz, ni voto” en esa toma de decisiones, trabajamos para participar en ese proyecto del derecho fundamental de convivencia humana llamado DEMOCRACIA, aferrados a la protesta de que el Voto en Blanco pueda tener su espacio y la política no sea así solo cosa de unos pocos políticos profesionales y/o de sus amos. Qué sirva para emerger la voz, la presencia de un ciudadano crítico en todo el mercadillo político actual. Poder visibilizar ese descontento puede ser la primera piedra para empezar a construir un mundo mejor.

¡¡¡Tenemos que empezar a existir!!! Aunque sea en forma de escaño vacío.

Por lógica matemática, millones de cabezas pensantes se equivocarán menos que las de las élites políticas a la hora de buscar las soluciones más adecuadas a los problemas importantes y fundamentales que nos atañen a todos. Deberíamos hacer el esfuerzo de llegar a consensos entre todos. Pero nos han educado a que eso no es sano, que no estamos preparados y que no valemos para ello.

Y es algo que también queremos cambiar con la propuesta de las #sillasvacías. Obligar a aquellos que en cada momento ostenten el poder de cualquier Institución, a que nos pregunten qué opinamos y tengan en cuenta a los que no tragamos -que somos muchos pero muy dispersados- y, entre todos, podamos empezar a construir un escenario futuro más alentador. Una "herramienta" democrática para que la ciudadanía pueda impulsar sus ideas a las Instituciones. Y en el caso de que siguieran sin arrimarse a nosotros y continuasen haciendo las cosas desde la lejanía de sus despachos, podríamos tener la oportunidad de decirles que “NO NOS REPRESENTAN” y así, coherentemente, a través de nuestro voto en blanco con sus escaños vacios correspondientes, podríamos arrebatarles su poder, nuestro poder, traspasándolo por primera vez de una clase dominante al ciudadano de a pie, un poder siempre más sano cuanto más delegado.

Este hecho, sin duda, obligará a los oídos sordos de los seres grises trajeados a escuchar más atentamente, dependiendo del tamaño de nuestro vacío, a responder con eficacia y celeridad las demandas que les vayamos planteando desde una base crítica de la ciudadanía. No olvidemos que detrás de las #sillasvacías estamos nosotros, ciudadanos. Entre todos, ¡podremos! Y entre todos, ¡los conseguiremos!

La Democracia o es para todos, o no es para nadie.