- Voto en blanco computable = Vaciar escaños -
Escaños vacíos para mí, para ti, para todos
Hace unos días nos publicaron un artículo de opinión en La Marea y hoy lo queremos compartir por aquí con vosotros. La Marea es el diario cooperativo que constuyeron los trabajadores provenientes de Público cuando éste cerró. Más adelante, el diario volvió a abrir con la misma marca sin los 9 millones de € de deuda, algo así como lo que acaba de ocurrir con Intereconomía. Medios de comunicación asociados a poderes políticos, controlados por un entramado complicado de descifrar pero que parecen hablar todos de lo mismo y de los mismos, por eso nuestra lucha de UNIÓN frente a Poderes tan gigantes se llama Voto en Blanco Computable.
Felicidades a La Marea por no estar asociado nada más que a los trabajadores. Os dejamos un pequeño corto ilustrativo, explicando el Caso Público desde adentro.
Y el artículo:
http://www.lamarea.com/2014/01/09/escanos-vacios-para-mi-para-ti-para-todos/
Las personas que conforman una democracia ideal
LA DEMOCRACIA ¿UNA UTOPÍA?
Capítulo 2.2 Características de la democracia ideal
Las personas que conforman una democracia ideal
Los ciudadanos de nuestra democracia ideal, sin duda, no son gente corriente. En ellos podemos apreciar las siguientes cualidades:
8. Voluntad de gobernarse de forma democrática.
9. Respeto por los demás.
10. Capacidad para gobernar.
11. Educación para la democracia.
Veámoslas una a una:
La rotación de mandatos
LA DEMOCRACIA ¿UNA UTOPÍA?
Capítulo 2.2 Características de la democracia ideal
6. El poder es ejercido por todos: la rotación de mandatos.
En nuestra democracia ideal, Marta, Juan y Luís rotan semanalmente en el “cargo” de “jefe” de la televisión.
Ya hemos explicado esta práctica, necesaria para garantizar la igualdad, el consenso y el respeto a las minorías. Pero es importante resaltarla individualmente, porque es una práctica necesaria siempre que existan responsabilidades individuales que no pueden ser asumidas de forma colectiva.
En una democracia ideal, la responsabilidad, el poder, los cargos, deben ser ejercidos en igual medida por todos los individuos, sin excepción.
Esto debe ser así incluso aunque alguno de ellos pueda tomar decisiones no deseadas por la mayoría: es un derecho que tienen todos los individuos, todo el pueblo, en democracia.
Y ese poder temporal da unas ciertas garantías a los individuos de que los demás, en sus propios “turnos” de gobierno, no van a abusar de su posición de poder, al ser este de duración limitada: las decisiones malintencionadas pueden ser revocadas y... tener consecuencias no deseadas para los que las tomaron.
La duración de los mandatos debe ser, consecuentemente, lo más corta posible, para evitar que la propia duración del mandato anule los beneficios de esta “medida de seguridad” anticorrupción.
El uso del sorteo
LA DEMOCRACIA ¿UNA UTOPÍA?
Capítulo 2.2 Características de la democracia ideal
7. El uso del sorteo.
En nuestra democracia ideal, Marta, Luís y Juan escogen sortear el orden en que ostentarán el cargo de “jefe de televisión” en lugar de, por ejemplo, votar ese orden por mayoría. Eso asegura que, ni siquiera la primera semana, habrá posibilidad de abuso de las mayorías.
Si el miércoles de esa primera semana hay a la vez Champions y una buena película de Jane Austen, la decisión de lo que se verá en la tele la tomará el azar. Aunque los chicos tienen mejores probabilidades por ser mayoría, todos tienen las misma probabilidad individual de ser elegidos. Y si sale Marta... toca sacar el pañuelo y llorar. Los chicos se desquitarán las dos semanas siguientes.
La práctica del sorteo, que ya utilizaban en la democracia ateniense, en ocasiones es una alternativa mucho más acorde con la democracia que las votaciones por mayoría.
Aunque en nuestro cuento el beneficio del sorteo no parece gran cosa, hemos incluido este punto aquí porque, en una situación real, las ventajas del sorteo son mucho más importantes. Las trataremos en su momento.
La libertad individual
LA DEMOCRACIA ¿UNA UTOPÍA?
Capítulo 2.2 Características de la democracia ideal
5. La libertad individual.
En nuestra democracia ideal, Marta, Luís y Juan pueden hacer lo que les venga en gana en sus respectivas habitaciones: son libres de decorar las paredes a su gusto, de leer o escuchar música, de tener visitas... también son libres de comer fuera si así lo deciden, de no planchar jamás la ropa, o de comer chicle o fumar, de ir a misa los domingos o a salir a correr al parque de al lado.
La toma colectiva de decisiones no puede abarcar absolutamente toda la vida de los individuos. Existen parcelas de la vida de los individuos donde el colectivo no debe interferir, ni siquiera contando con la aquiescencia de la mayoría.
Pero Marta, Luís y Juan no son libres, por ejemplo, para hacer ruido excesivo en sus habitaciones o de fumar en ellas (el humo y el olor se extenderán por el piso). Tampoco son libres de gastar toda el agua caliente del termo por las mañanas cuando se tienen que duchar los tres, ni para usar la cocina a título individual sin limpiarla al terminar.
La libertad individual termina donde empieza la libertad de los demás.
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