No se tienen en cuenta aquellas candidaturas que no hubieran obtenido, al menos, el 3% de los votos válidos emitidos en la circunscripción. Art. 163.1a. LOREG
Guillermo, los partidos por debajo del 3% se excluyen antes de repartir escaños. Con ese 1%, ateniéndose a lo legal, ese partido sería excluido. O sea que en ese caso, ¡con un voto en blanco superior al 97%, el voto en blanco sí tendría valor!
No es que este hecho suponga una gran diferencia, pero bueno, ahí está.
esepunto, con un 97% de voto en blanco el gobierno, legalmente, seguiría de inicio en manos del gobierno saliente provisional que estuviera gobernando en esos momentos. Y luego tendrían que hacer algo para generar un gobierno legal permanente. Pero no gobernaría ese partido del 1%. No legalmente, al menos. Por el límite del 3%.
En cuanto al descrédito de la abstención, en mi opinión los partidos están haciendo justamente lo contrario. Están potenciando, y prestigiando, la abstención entre los descontentos.
La forma de hacerlo es muy sencilla. Salen ZP, Rajoy o equivalente, pidiendo insistentemente al ciudadano que vote, que no se abstenga; poniendo efectivamente al que vota como un ciudadano responsable y demás.
Si el ciudadano que los escucha es uno de los suyos, piensa: ?hay que ver qué demócrata que es mi amado líder ?ZP, Rajoy o equivalente?, que pide el voto incluso aunque no sea para él, desde luego se merece mi voto?. Y vota a ?ZP, Rajoy o equivalente?.
Si el ciudadano que los escucha es uno de los indecisos, piensa: ?hay que ver qué demócrata que es ?ZP, Rajoy o equivalente?, que pide el voto incluso aunque no sea para él, no estoy seguro de que sea la mejor opción pero le voy a votar sólo por eso?. Y vota a ?ZP, Rajoy o equivalente?.
Y si el ciudadano que los escucha es uno de los descontentos, uno de los que están hasta las narices de ?ZP, Rajoy o equivalente?, piensa: ?¿que este me dice que no me abstenga? ¡Pues ahora me abstengo!?. Y se abstiene. Craso error.
Es una de las manipulaciones habituales con las que se anula una potencialmente molesta reacción electoral de los descontentos, redirigiéndolos hacia una inocua abstención.